Esta vez he tenido la ayuda de Ramón Martínez Montilla, que es escultor y se ha encargado de reconstrucción volumétrica y de la pintura.
ANTES
AHORA
Se trata de un crucificado aproximada mente de finales del S.XIX,perteneciente a la iglesia de La Lantejuela, se utiliza como cruz parroquial y se le rinde culto.
De tamaño académico, llega a nosotros en muy mal estado de consevación, con mutilaciones en ambas manos, falta total de la policromía, falta de estuco hasta el punto que en algunos estratos se ve la madera con perforaciones con objetos metálicos por todas partes, presenta una patina con betún de judea y pintado de rojo con rotulador para simular la sangre, todo ello fruto de la mano inexperta que muy lejos de hacer el bien a perjudicado grabe mente a la obra
Así llega la obra a nuestras manos...
En primer lugar lo sometimos a una limpieza mecánica, mediante mezcla de disolventes y en ocasiones puntuales con bisturí
detalle de causa de deterioro intrínseca de la obra, los nudos de la madera con resina estaban favoreciendo la proliferación de insectos xilófagos
extracción de las partes afectadas que posteriormente fueron reconstruidas con pequeñas laminas de madera para resanar la parte afectada.
limpieza con disolvente
reconstrucción volumétrica
extracción del perno trasero, que aunque antiguo no cumplía su función de sujeción a la cruz y además lo habían tapado con yeso
una vez retirado el perno solo queda resanar y cambiarlo por otro de acero inoxidable que si cumpla la función de sujeción a la cruz, para ello utilizaremos una madera similar cortada en laminas para evitar movimientos indeseables y pasta de madera.
Tras mucho discrepar se llega a la determinación en conjunción con la propiedad de la obra se decide dotarla de policromía ya que no quedan restos de policromía original, ni hay documentación gráfica de como era antes se procede a la documentación con crucificados de la época y utilizando el método de policromía de imaginería con pulimento.
proceso de pintura
resultado final